La idea de ciudades seguras o ciudades verdaderamente «inteligentes» ya no es solo una quimera (ilusión). Gracias a la tecnología en evolución, que incluye cámaras, dispositivos y sensores interconectados, las ciudades de todo el mundo están logrando este objetivo. Pero lo que realmente distingue a los primeros motores es cómo utilizan el poder de la conectividad.
También te puede interesar ????: Axis hace que las cámaras a prueba de explosiones sean más seguras que nunca
De la rutina a la seguridad
Las ciudades se están convirtiendo en comunidades que superan los límites de la tecnología y brindan a los ciudadanos una mejor calidad de vida. Están construyendo una infraestructura tecnológica que incluye video, sensores y equipos. Esto permite a las ciudades capturar, agregar y analizar datos en tiempo real. El conocimiento y la información generados se pueden utilizar para mejorar la vida de los residentes.
En la práctica, esto significa que los departamentos de la ciudad que antes estaban aislados ahora pueden colaborar y responder a un nivel completamente nuevo, compartiendo las mismas ideas e inteligencia. Esto permite a las autoridades de la ciudad realizar cambios graduales y radicales en sus servicios y en la calidad de vida de los residentes.
La mina de oro son los datos
Tecnologías como video, sensores y software de inteligencia artificial ayudan a desbloquear nuevos conocimientos sobre nuestras ciudades. Con la proliferación de estos dispositivos y herramientas conectados, se están generando nuevos flujos de datos. Cuando estos datos se convierten en un activo compartido, permiten que los operadores, las autoridades y los responsables de la toma de decisiones de la ciudad actúen juntos de forma más rápida e inteligente.
Esto requiere que la ciudad se asegure de que todas las diversas instalaciones de video estén conectadas y colocadas bajo un mismo techo. Esto ayudará a que las ciudades sean más seguras, más eficientes y más habitables.
El núcleo de todo esto: interoperabilidad y monitorización centralizada
La interoperabilidad se define como la capacidad de diferentes sistemas conectados para comunicarse entre sí. La interoperabilidad del sistema y la monitorización central también ofrecen nuevas posibilidades para la planificación y la gestión urbanas. Aquí es donde entra la sala de control inteligente.
El centro neurálgico de una ciudad segura
La sala de control inteligente utiliza tecnología de primera clase para comprender lo que está sucediendo en la ciudad, identificar cualquier riesgo o emergencia y fortalecer la comunicación y la colaboración entre la ciudad y las agencias gubernamentales. Al implementar una sala de control inteligente, los líderes pueden mejorar la conectividad, la coordinación, la comunicación, la apertura y la influencia.
También puede ayudar a los líderes a anticipar y adaptarse a las tendencias urbanas futuras y convertirse en un motor de crecimiento, innovación, sostenibilidad y colaboración para ciudades seguras.
La tecnología de video conectado es un factor clave para las ciudades seguras
Con cerca de mil millones de cámaras instaladas en todo el mundo, la tecnología de video llegó para quedarse. La captura y el procesamiento de esta gran cantidad de datos para el conocimiento de la condición en tiempo real es particularmente relevante para los servicios esenciales de la ciudad, como los bomberos, la policía, la gestión del tráfico, la atención médica y el monitoreo ambiental. Sin embargo, los tipos de tecnología de video necesarios para habilitar estos servicios van más allá de la cámara.
Omitir el video «justo»
El video no es solo una herramienta de monitoreo y vigilancia. Cuando se usa de manera efectiva, el video es una parte importante de un flujo de trabajo de análisis que genera datos relevantes en tiempo real para ayudar a tomar decisiones mejores y más rápidas.
Cuando se agregan datos, se denomina «big data». Comprender estos datos, obtener información útil de ellos y convertirlos en acciones es el máximo santo grial de la ciudad.
Así será la ciudad conectada del futuro
Las personas que viven en ciudades seguras se sentirán seguras porque saben que el responsable lo ha cubierto todo. Saben que estarán protegidos y que sus instalaciones y negocios estarán a salvo.
En caso de accidente, la respuesta será rápida y eficaz. Los socorristas, como la policía, los departamentos de bomberos y los profesionales de la salud, estarán mejor preparados para responder a las emergencias porque estarán más conscientes de la situación.
La vieja normalidad, como el aire fresco, el agua limpia y carreteras menos concurridas, se convertirá en la nueva normalidad. Mediante medidas de sostenibilidad inteligentes, se gestionarán mejor recursos como el agua y la energía.
Las ciudades conectadas se convertirán en mejores lugares para vivir y hacer negocios
Casi la mitad de la población mundial vive en ciudades, pero este número está aumentando rápidamente. El McKinsey Global Institute estima que para 2050, hasta el 70% de la población del planeta vivirá en ciudades.
¿Qué significa ser una ciudad segura en el futuro? La tecnología digital ya está sentando una base sólida para que los líderes de las ciudades construyan «ciudades seguras»: ciudades donde el trabajo de servicio público es más eficiente, las tasas de criminalidad son bajas, los recursos se administran mejor, se promueve el crecimiento económico y los ciudadanos disfrutan de una excelente calidad de vida.
Las ciudades conectadas serán mejores lugares para vivir y hacer negocios. No hay duda sobre eso. Pero como muchas otras cosas, el diablo está en los detalles, y llegar de aquí (ahora) a allí (ciudad conectada en el futuro) requerirá algo que hacer.
